Por Sylvie Moulin
Estamos llegando a un triste cincuentenario. Si algunos aún celebran una victoria –aunque los actores originales todavía vivos se cuenten con los dedos de una mano–, la mayoría de las personas que vivieron o fueron afectadas por el 11 se septiembre de 1973, sigue llorando de pena y de rabia. No voy a repetir aquí una página que oscureció la historia de Chile; sabemos lo que ocurrió y los textos y documentales no faltan.