El presente escrito está orientado a reconocer que existe miedo en muchas personas de diferentes edades y condiciones sociales al momento de usar ascensores, escaleras mecánicas y otros aparatos del llamado Transporte Vertical. Es propósito del artículo entregar evidencias técnicas para concebir “ascensores seguros” que sirvan a las personas en todo el mundo y también proporcionar consejos útiles para enfrentar la sensación de temor al momento de subir a un ascensor.
La humanidad desde su aparición en la tierra está experimentando y desarrollando una permanente evolución como especie, y también es testigo de muchos fenómenos que le afectan de forma directa o indirecta, en particular el crecimiento de las ciudades -sobre todo en países en vías de desarrollo-, que le impacta directamente. En la actualidad, más del 58% de las personas del mundo vive en ciudades, previéndose un aumento del porcentaje cercano a un 68% hacia el 2050, según estudio del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.1.Como expresión de lo anterior están las mega ciudades,núcleos poblacionales de más de 10 millones de habitantes, existiendo en la actualidad 43 a nivel global.
Las ciudades presentan ventajas y desventajas para sus habitantes y, considerando que aumenta la población urbana, urge considerar varios aspectos, como el alojamiento, el transporte, la energía, los servicios educativos y sanitarios y también el acceso al empleo para satisfacer las necesidades de los ciudadanos. El ritmo de vida puede ser estresante por la contaminación, el alto tránsito vial, la inseguridad, la escasez de espacios verdes, etc.
Una característica de las mega ciudades es la masiva edificación en altura, con una amplia diversidad de edificios agrupados en dos tipos genéricos: residenciales y comerciales. En ambos tipos, el tránsito de personas en su interior se debe planificar mediante un estudio de ascensores que contempla, entre otros factores, la cantidad de habitantes del edificio, el número de departamentos y la población flotante asociada a la edificación; a todo este análisis se aplican fórmulas para determinar las necesidades y especificaciones de los ascensores, por ejemplo, la cantidad de equipos a instalar y la velocidad de los mismos. Lo anterior en plena concordancia con la normativa local vigente en cada país. Preferentemente, el traslado de personas al interior de los edificios se realiza utilizando ascensores, equipos claves para la movilidad vertical, acompañado de aparatos similares como montacargas y escaleras o rampas mecánicas, cuando las condiciones arquitectónicas y estructurales de la edificación así lo contemplen. Esos conforman la base de una familia denominada “Transporte Vertical”, siendo sus integrantes por extensión, aparte de los ya mencionados: los teleféricos, los funiculares, los andariveles, los salva escaleras, los juegos mecánicos, todos ellos comparten una matriz tecnológica semejante, donde podemos mencionar, cabinas, motores eléctricos, rieles guías, cables de acero, controles electrónicos, botoneras, poleas de diferentes diámetros, etc.
Dos inventos de la humanidad fueron determinantes para el desarrollo de las ciudades con su posterior posicionamiento a gran escala: el automóvil y el ascensor. “Cada cual con lo suyo, con sus luces y sombras, estos dos tipos de vehículos están en la galería de honor de los inventos de la humanidad,que han contribuido al desarrollo de nuestras ciudades en los planos horizontales y verticales, y tienen mucho más que aportar para que nuestras urbes sean construidas a escala humana”.2.
Entre los años 1852 y 1854, el inventor norteamericano Elisha Otis creó y desarrolló el “paracaídas para ascensor”; así se comienza a reconocer en los rudimentarios aparatos de elevación de antaño -utilizados por las diferentes culturas de la humanidad-, “el ascensor seguro” promotor de las ciudades en altura. Es normativa universal que cada ascensor cuenta con paracaídas que, de acuerdo a su inventor original Otis, fue creado para evitar la caída libre en descenso. Con el tiempo y desarrollo técnico del original paracaídas, este fue asociado a otros componentes -limitador de velocidad, cable del limitador de velocidad, polea tensora del limitador, timonería del paracaídas, conjunto de cuñas, contactos eléctricos de seguridad-, constituyendo un sistema electromecánico cuya función es frenar la cabina cuando se produce un exceso de velocidad, o la rotura de los órganos de suspensión.3.
El limitador de velocidad provoca el accionamiento del paracaídas al momento que aumenta la velocidad nominal del ascensor -por diversas fallas técnicas-, siendo superada en un porcentaje preestablecido (15% sobre la velocidad nominal en m/s, metros por segundo). Para reducir la velocidad y detener progresivamente la cabina en descenso, se activa el conjunto de cuñas -rodillos u otro-, afianzándose a los rieles guías que soportan la cabina; por norma convencional el paracaídas y su sistema de cuñas se ubican en la parte inferior de la cabina. El objetivo fundamental del paracaídas para ascensor es un deseo de prevenir contra un descenso o ascenso descontrolado y que exista una relación entre la velocidad y el diseño del paracaídas, con el propósito de proteger a los pasajeros de posibles lesiones.
¿Qué pasa si un ascensor supera su velocidad nominal en ascenso?
Frente a este caso, para detener una cabina en ascenso con exceso de velocidad, se debe instalar un paracaídas en el contrapeso, para ese propósito. La normativa universal también establece que el contrapeso deberá contar con un paracaídas si hubiese un espacio accesible debajo de su recorrido, por ejemplo, si debajo de una caja de ascensores en una edificación, existiese un subterráneo para estacionamientos u oficinas y bodegas, los contrapesos de dicha instalación deberán contar con paracaídas.
El miedo a utilizar ascensores.
La naturaleza ha dotado a la especie humana de las emociones. De manera formal, la emoción es un proceso psicológico adaptativo para enfrentar diversas circunstancias de la vida; mediante ellas se pueden detectar cambios en el entorno, valorar lo que pasa y si eso es bueno o malo para las personas. De conformidad a los procesos evolutivos en el ser humano, se reconocen varios tipos: las emociones primarias (sorpresa, asco, miedo, alegría, tristeza, ira), las emociones secundarias (ansiedad, hostilidad, humor, felicidad, amor), emociones autovalorativas (culpa, vergüenza, orgullo, arrogancia).4.
Sin duda, el miedo está presente en las ciudades, asociado a múltiples contextos de la vida diaria, expresándose en temores por percepciones de peligro, sean ellos reales o imaginarios. También el miedo se puede entender como un mecanismo de defensa frente a situaciones no acontecidas y que tal vez no vayan a suceder.
Un porcentaje considerable de la ciudadanía tiene miedo a las alturas, eso es advertido al acceder a los elevadores pues expresan inseguridad ingresando a las cabinas –cara visible del sistema electromecánico denominado ascensor-; estos habitáculos proporcionan un espacio limitado y resulta frecuente que los usuarios lo asocien a pensamientos intrusivos como: “me faltará el aire”, “quedaré atrapado” o “el ascensor se caerá”.
Esta clase de pensamientos es comprensible, pero la realidad indica que existe circulación de aire en la caja de ascensores o escotilla, donde se desplaza la cabina del ascensor y su contrapeso, la cabina en su diseño contempla ductos de ventilación; la posibilidad de atrapamiento o detención de la cabina está relacionada con la ocurrencia de fallas mecánicas o ausencia de energía eléctrica (corte sectorial generalizado) y, también, por uso inadecuado de los usuarios al interior de ésta.
Anteriormente mencionamos que todos los ascensores deben contar con paracaídas, independiente de la cantidad de niveles o pisos que serán atendidos. Pero cuando las personas experimentan síntomas de ansiedad al subir al ascensor o simplemente al pensar en subir, se podría tratar de fobias no detectadas y que dicen relación con el miedo a los espacios cerrados (claustrofobia) y el miedo a las alturas (acrofobia). Hay realidades que contribuyen a la vigencia del miedo para utilizar ascensores: experiencias personales o de terceros en atrapamiento de elevadores, conocimiento de accidentes graves o fatales por medio de la televisión, u otros medios de comunicación social, acceso a películas de cine o videos en redes sociales dedicadas a crear ficción en las cabinas de ascensores, con énfasis en humor o simplemente indisimulado terror. Citemos por ejemplo la película “Ascensor para el cadalso”, año 1958, del director francés Louis Malle.
Se han registrado momentos icónicos del cine ocurridos en ascensores; su valoración por el Séptimo Arte, lo ha convertido en un vehículo cinematográfico para el drama, efectos visuales intensos y también expresiones de un simbolismo puro. En realidad, los ascensores son mucho más seguros de lo que parecen en las películas, donde los giros dramáticos de la trama utilizan los ascensores para elevar el suspenso. Desde el punto de vista cultural y artístico, los ascensores han representado un poderoso imán para ser protagonistas o invitados especiales en el cine, la música y la literatura.5.
En la industria del transporte vertical, hay un consenso mayoritario para propiciar un viaje seguro, considere como usuario (a) estas recomendaciones:
- Respetar la capacidad máxima del ascensor.
- Al ingresar a la cabina, marque solamente su piso de destino.
- Proteja a los niños, no permita que viajen solos.
- Favorezca el traslado en el ascensor de las personas con discapacidad o movilidad reducida.
- Cuide sus movimientos, sin saltar ni balancearse al interior de la cabina.
- En caso de desperfecto del ascensor, avise mediante el botón de alarma y/o el intercomunicador. Espere con tranquilidad, la ayuda llegara.
- Para subir 2 pisos, use las escaleras de servicio.
Con el invento del “paracaídas para ascensor” se inicia la verdadera historia de este tipo de transporte, a veces parece que los ascensores siempre han estado ahí, pero es un invento muy reciente en la existencia de la especie humana (170 años). El ascensor ahorra la tarea de subir por las escaleras de los edificios, trabajan sin horario y de manera silenciosa, realizan traslados verticales sin descanso, de arriba a abajo, y son formidables compañeros en la ruta diaria de la ciudadanía.
Referencias Bibliográficas
Artículo “Transporte Vertical y Cine: El Ascensor Volador” Revista Digital Transporte Vertical.
https://www.un.org/es/desa/2018-world-urbanization-prospects
Artículo “Ciudades, Automóviles y Ascensores” Revista Digital Transporte Vertical.
https://www.grupoexcelsior.com/como-funciona-paracaidas-ascensor/
Emociones. Enrique G. Fernández – Abascal. Biblioteca de Psicología.
Autor del Artículo
Miguel Covarrubias
Miguel Covarrubias es Ingeniero en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente. Diplomado en Universidad de Chile “Economía y Gestión de Calidad para Trabajadores Líderes”. Es miembro de Letras Laicas de Chile.