Por Javier Gallardo Urrutia.-
Mi padre contaba que la mañana del 11 lo sorprendió el golpe arriba de su auto camino a la universidad (esto de que “lo sorprendió” obviamente es un decir, ya que en esos días se sabía que podía ocurrir en cualquier momento). El hombre iba escuchando la radio cuando empezaron a dar informaciones sobre lo que estaba sucediendo en Valparaíso con la marina y los movimientos de tropas que se habían visto en Santiago desde la madrugada. Un poco
después escuchó el primer bando de la junta y entonces si alguna duda había tenido de que la cosa estaba comenzando (o esperanza de