Por Felipe Quiroz Arriagada.-
No pocas veces se ha nombrado a nuestra época como “La sociedad del conocimiento”. Por supuesto, podemos cuestionar la veracidad de tal afirmación debido a que, en primer lugar, la recomendación viene desde muy cerca. Si verdaderamente pretendemos conocer el rol que el espíritu actual cumplirá en el futuro desarrollo histórico de la civilización humana, ello requiere de perspectiva, lo que no se puede tener respecto del tiempo de la propia época, ya que este está siempre demasiado encima, nos es asfixiantemente inmediato.