Por Ricardo López Pérez.- ¿Es posible un intercambio intelectualmente motivado entre teístas y ateos? ¿Una conversación respetuosa, un debate con ideas, una discusión informada o, en un plano de mayor elevación, un diálogo, esto es, un entrelazamiento de preguntas y respuestas, un modo de pensar en colaboración? Difícil tarea, sin duda, pero seguramente no imposible.-
