Redacción Iniciativa Laicista
De entre 331 candidaturas –la segunda mayor cifra de la historia tras la edición de 2016– el Premio Nobel de la Paz, concedido en Noruega, recayó este año en Denis Mukwege y Nadia Murad. De las 331 postulaciones, 216 correspondían a personas y 115 a grupos u organizaciones.
Mukwege es un médico ginecólogo que cura a mujeres violadas en la República Democrática del Congo (RDC), y la activista iraquí de origen yazidí Nadia Murad, de 25 años, es una ex-esclava del grupo yihadista Estado Islámico. El Comité Noruego les ha concedido el galardón por la labor de ambos en la lucha contra la violencia sexual.
«Nadia Murad es la testigo que habla de los abusos cometidos contra ella y otros. Ella ha demostrado un valor extraordinario al relatar sus propios sufrimientos y hablar en nombre de otras víctimas», ha manifestado el Comité. Murad vivía con su madre y sus 12 hermanos en el pueblo de Kojo, al norte de Irak, cuando el 3 de agosto de 2014 llegaron los soldados del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Fue secuestrada y vendida como esclava sexual. La joven logró escapar en noviembre de aquel año, gracias a la ayuda de los vecinos. Acabó en un campo de refugiados de Irak y después se trasladó a Alemania.
El médico Denis Mukwege, de 63 años, ha pasado gran parte de su vida ayudando a las víctimas de violencia sexual en la República Democrática del Congo. En 1999 fundó, gracias al apoyo de las organizaciones de ayuda internacional, el hospital de Panzi, en la ciudad de Bukavu, al este del país. Como cirujano jefe de este centro, él y su equipo han intervenido a decenas de miles de mujeres violadas y víctimas de la ablación. El Comité Noruego declara: «El doctor Mukwege ha condenado repetidamente la impunidad por violaciones masivas y ha criticado al Gobierno congoleño y a otros países por no hacer lo suficiente para detener el uso de la violencia sexual contra las mujeres como estrategia y arma de guerra»