Preocupación creciente de las asociaciones LGBT en Brasil
Por Sylvie Moulin
Esta mañana, un artículo de Claire Gatinois, en Le Monde, denunciaba las violencias homófobas que se desataban en Brasil a pocas semanas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Después de los resultados de la primera vuelta, que dejaron favorito con una ventaja preocupante al candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro, una gran inquietud se apoderó de las asociaciones LGBT.
Se ha observado un recrudecimiento de las agresiones de las cuales son víctimas desde que Bolsonaro, famoso por su homofobia, aparece como el probable futuro presidente. Desde grafitis hasta insultos y violencia física, la comunidad LGBT de Brasil ha sido víctima de ataques brutales. El reportaje menciona incluso el caso de un peluquero homosexual en Curitiba, ciudad del sur del país, golpeado de muerte por sus agresores. Cuando se anunció su fallecimiento, se escuchó al sospechoso principal gritar “¡Viva Bolsonaro!”
Los incidentes se están propagando como un reguero de pólvora, a punto que se habla de “síndrome de pánico” a consecuencia del cual la gente ya no se atreve a salir de su casa. Al mismo tiempo, están circulando en las redes sociales, a modo de “contra-campaña”, algunas declaraciones inaceptables que, si ensucian la trayectoria política de Bolsonaro, no logran frenar el movimiento. Entre éstas, se escuchó: “Preferiría que mi hijo muera en un accidente a que se aparezca con un chico con bigote. De todos modos, para mí estaría muerto”.
¿Estamos, de verdad, al nivel que, supuestamente, exige una campaña presidencial, sea cual sea la orientación política y las convicciones de los candidatos?
Los reportajes de estos últimos días, además de las agresiones contra la comunidad LGBT, mencionan a otros casos de violencia contra los opositores de Bolsonaro, denunciados en el sitio Mapa da Violencia, que van desde amenaza de violación a brutalidad física, todos relacionados con la campaña electoral. La rabia bestial de los electores a favor del candidato de ultraderecha está llegando a un nivel que puede hacer temer lo peor para las semanas que vienen. Y para el futuro del país…